Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con una maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas magistrales https://sabrinalvqi626472.newbigblog.com/45100140/por-qué-materazzi-provocó-a-zidane