Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con deslumbrante maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales https://safiyagdmm153838.blogdeazar.com/38839147/causas-y-consecuencias-del-cabezazo-de-zidane